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El Sonido de los Trotes. [Libre]
por Derek 13/10/2015, 3:43 am
Era el segundo o tercer día que llevaba en aquel extraño lugar y aunque de buenas a primera le pareció exactamente igual a los otros sitios que había visitado en sus ocurrentes viajes en solitario, se equivocó. No sólo por el hecho de que en su primer día ya llevaba como cuatro nombres aprendidos y esperaba que ellos se convirtiesen en sus amigos en un futuro prometedor, sino también por la variedad de sus habitantes, aunque eso también había contribuído en parte a examinar toda la ciudad y si podía no dormir en el intento.
Durante sus paseos se había dado cuenta de algo muy peculiar que sucedía cada vez que pasaba por algún sitio. Los pokemones salvajes no parecían estar muy a gusto con su presencia o bien le encontraban extraño por lo que se mantenía alerta. Suponía que esto se debía a su propia naturaleza y tipo de especie que él era pero si quería pasar desapercibido tendría que encontrar la manera de no tropezar o bien, ignorarlos. Eso último se le estaba dando bastante bien. Llegó a un sitio donde estaba todo cercado pero podía escuchar el relinchar de algunos Ponitas dentro de un establo. Se trepó y sentó en la cerca agarrándose fuertemente de la madera para no caer ni de espaldas ni de frente. Si tenía éxito, quizás no pensarían que era un ladrón que quisiera robarse alguno pokemon pero si fueran inteligentes, notarían que eso ni le pasaba por la mente.
Para su fortuna o desgracia, en la cerca donde él estaba habían un par de Rapidash, lo sabía porque el relinchido era diferente, más potente y cerca de donde él se encontraba, así que no podían estar en las caballerisas. Comenzó a silvar despacio, tratando sin mucho éxito y pese a tan desfavorables resultados -porque convengamos que los Rapidash seguían imponiéndose ante él- siguió practicando hasta querer que los caballos no se mostrasen recelosos de su presencia.
— Sé lo que piensan de mi.— Sonrió de lado a lado, casi mostrando los dientes. —Sé que no soy bienvenido aquí, pero aunque sea déjenme estar hasta el amanecer. Prometo no hacer ruido.— Y así como terminaba la frase, calló por completo, escuchó los trotes del que seguro era el macho entre el par que estaba. Ahora podía entender más, quizás estaba protegiendo a su pareja creyendo que él quisiera apartarla de su lado, ¡Pero qué locura! Jamás haría algo así, él respetaba todo y creía fervientemente que los compañeros de vida ya sean persona o pokemon no debían de pasar por una situación similar, lo sabía porque ya había sufrido un poco de ello. No refiriéndose a una situación romántica, más bien era algo más profundo, algo que ni él mismo podía explicar. Así que ahí se quedó. Sentado, escuchando el trote de ambos, escuchando incluso cuando arrancaban el pasto para alimentarse.
Durante sus paseos se había dado cuenta de algo muy peculiar que sucedía cada vez que pasaba por algún sitio. Los pokemones salvajes no parecían estar muy a gusto con su presencia o bien le encontraban extraño por lo que se mantenía alerta. Suponía que esto se debía a su propia naturaleza y tipo de especie que él era pero si quería pasar desapercibido tendría que encontrar la manera de no tropezar o bien, ignorarlos. Eso último se le estaba dando bastante bien. Llegó a un sitio donde estaba todo cercado pero podía escuchar el relinchar de algunos Ponitas dentro de un establo. Se trepó y sentó en la cerca agarrándose fuertemente de la madera para no caer ni de espaldas ni de frente. Si tenía éxito, quizás no pensarían que era un ladrón que quisiera robarse alguno pokemon pero si fueran inteligentes, notarían que eso ni le pasaba por la mente.
Para su fortuna o desgracia, en la cerca donde él estaba habían un par de Rapidash, lo sabía porque el relinchido era diferente, más potente y cerca de donde él se encontraba, así que no podían estar en las caballerisas. Comenzó a silvar despacio, tratando sin mucho éxito y pese a tan desfavorables resultados -porque convengamos que los Rapidash seguían imponiéndose ante él- siguió practicando hasta querer que los caballos no se mostrasen recelosos de su presencia.
— Sé lo que piensan de mi.— Sonrió de lado a lado, casi mostrando los dientes. —Sé que no soy bienvenido aquí, pero aunque sea déjenme estar hasta el amanecer. Prometo no hacer ruido.— Y así como terminaba la frase, calló por completo, escuchó los trotes del que seguro era el macho entre el par que estaba. Ahora podía entender más, quizás estaba protegiendo a su pareja creyendo que él quisiera apartarla de su lado, ¡Pero qué locura! Jamás haría algo así, él respetaba todo y creía fervientemente que los compañeros de vida ya sean persona o pokemon no debían de pasar por una situación similar, lo sabía porque ya había sufrido un poco de ello. No refiriéndose a una situación romántica, más bien era algo más profundo, algo que ni él mismo podía explicar. Así que ahí se quedó. Sentado, escuchando el trote de ambos, escuchando incluso cuando arrancaban el pasto para alimentarse.
Derek- Mensajes : 1
Fecha de inscripción : 12/10/2015
Localización : Bosque
Re: El Sonido de los Trotes. [Libre]
por Daxter 13/10/2015, 12:00 pm
No muy lejos de allí podía observarse una escena un poco curiosa y poco común.
A lo lejos podía observarse como un ponita corría a toda prisa en dirección de donde estaba la pareja de rapidash . Lo curioso que había era que llevaba en su boca algo de color negro y crema, una gorra.
Detrás a pocos metros corría un joven adulto de pelo cobrizo con una mirada de cansancio y de impaciencia.
- devuélveme mi gorra! - el grito podía oirse en todo el lugar pero a él no le importaba ya que el solo quería recuperar su gorra.
El ponita soltó en un momento la gorra y Dax la cogió con una sonrisa triunfante - aja! Gane!- se gira y ve al otro chico - hola!
A lo lejos podía observarse como un ponita corría a toda prisa en dirección de donde estaba la pareja de rapidash . Lo curioso que había era que llevaba en su boca algo de color negro y crema, una gorra.
Detrás a pocos metros corría un joven adulto de pelo cobrizo con una mirada de cansancio y de impaciencia.
- devuélveme mi gorra! - el grito podía oirse en todo el lugar pero a él no le importaba ya que el solo quería recuperar su gorra.
El ponita soltó en un momento la gorra y Dax la cogió con una sonrisa triunfante - aja! Gane!- se gira y ve al otro chico - hola!
Daxter- Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 12/08/2015
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